martes, 20 de diciembre de 2016

                                         ¿Qué hacer con los sueños?


        Soñar es una realidad en el ser humano que no podemos negar. Soñar no es un fenómeno patológico. Es una actividad psíquica. Lo que significa que es una continuación de la actividad diurna, pero en calidad de reposo. El sueño no es una manifestación externa a nuestra realidad ni se atribuye a fuerzas sobrehumanas. Es una realidad  totalmente normal y natural en el ser humano. ¿Qué hacer, entonces, con los sueños?
         Son dos los elementos que se pueden utilizar para asirse del contenido de los sueños. Uno, es el psicoanálisis de Freud, y el otro es el método Gestalt. Ese último propone volver a vivir el sueño y apropiarse su significado. El sueño es un mensaje que el que sueña se envía a si mismo, mientras  se duerme. El mensaje es el de conocer, descubrirse, recobrarse y integrarse en personalidad completa. A medida que vamos viviendo nos vamos imponiendo barreras como condicionamientos a nuestra propia realización personal. Y esto nos va desgarrando la personalidad. Veamos lo que señala Vallés al reconocer la influencia positiva en su vida del pensamiento de Mello:

Jirones de mi ser han quedado perdidos por el camino de la vida, aspectos verdaderos y válidos de mi personalidad han sido rechazados por mi mismo, y yo mismo lo he olvidado, pero ellos esta ahí archivados todavía en mi subconsciente, y reviven en el reino de los sueños para recordarme su existencia y volver a pedir admisión en mi vida. En el sueño todos esos elementos de mi ser yo he rechazado aparecen disfrazados de objetos y personas que no son otras que yo mismo, aunque yo a primera vista no los reconozca. Cada imagen de mis sueños es una porción de mi ser perdida y enajenada, que he de volver a reconocer y admitir de lleno para volver a ser yo mismo en toda mi plenitud. La censura de la mente suprime durante el día emociones, reacciones, pensamientos, movimientos que así quedan condenados a no ver la luz del día; pero en la noche se vengan, y todo lo que ha sido suprimido durante el día aparece libremente en la libertad sin censura del reino de las sombras en la noche. Ese es el sueño. El yo que yo no dejo nacer. Al escuchar a mi sueño me escucho a mi mismo, y por eso he de aprender ahora a escuchar mis sueños. He de volver a vivirlos despierto, a identificarme con esas sombras, y a ponerme en su puesto, ha hablar por su boca en primera persona, ha reconocer  mi propia imagen en esos lienzos rotos de mi retrato, y así llegar a reconciliar al Ángel y a la Bestia que llevo dentro de mí (Vallés, Carlos, Ligero de equipaje .Tony de Mello un profeta para nuestro tiempo, p. 1169).
        

         Después podemos hacer todas las preguntas sobre el sueño para integrarlo en la vida real del que soñó, porque se trata de un enriquecimiento y de un restablecimiento de los elementos perdidos y rescatados a través del sueño. Porque los sueños, como señala el mismo Freud, son el camino real para llegar al inconsciente. Recordemos que Freud prefiere utilizar la expresión “inconsciente” y no de subconsciente o de preconciente, mucho menos, double consciente (disociación de la conciencia). Porque al decir “sub”, significaría que esta debajo y subyugado por la conciencia. Y al decir “pre”, seria que está antes de la conciencia. Y no es así, sino que esta en la misma conciencia porque se trata de una actividad psíquica. En íntima reilación. De hecho, lo que esta en el inconsciente se traduce cuando pasa al plano de la conciencia, como por ejemplo, en el sueño.

         ¿Qué hacer, pues, con los sueños? Según lo tenemos dicho y demostrado no tenemos otra opción que tomarlos como instrumento de trabajo de auto-conocimiento y de superación personal. Ya que nos están indicando  caminos y nos está integrando de manera plena, si los sabemos integrar a nuestras vidas. Porque se trata simplemente de una actividad psíquica. Es decir, se trata del trabajo de nuestra propia mente en estrecha  comunicación con la realidad. Porque no es otra cosa que nuestra propia sensación interior y purificación. Muy en el fondo de nuestra libertad interior, y, por consiguiente, de nuestro propio crecimiento. En otras palabras, que deberíamos sentirnos contentos de que soñamos. Pues nos estamos sanando interiormente de manera natural. La tarea consiste en saber sus mensajes y recopilarlos para lograr una  mejor terapia con sus respectivos resultados.  

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