¿Qué hacer con los
sueños?
Son dos los elementos que se pueden
utilizar para asirse del contenido de los sueños. Uno, es el psicoanálisis de
Freud, y el otro es el método Gestalt. Ese último propone volver a vivir el
sueño y apropiarse su significado. El sueño es un mensaje que el que sueña se envía
a si mismo, mientras se duerme. El
mensaje es el de conocer, descubrirse, recobrarse y integrarse en personalidad
completa. A medida que vamos viviendo nos vamos imponiendo barreras como
condicionamientos a nuestra propia realización personal. Y esto nos va
desgarrando la personalidad. Veamos lo que señala Vallés al reconocer la
influencia positiva en su vida del pensamiento de Mello:
Jirones de mi ser han
quedado perdidos por el camino de la vida, aspectos verdaderos y válidos de mi
personalidad han sido rechazados por mi mismo, y yo mismo lo he olvidado, pero ellos
esta ahí archivados todavía en mi subconsciente, y reviven en el reino de los
sueños para recordarme su existencia y volver a pedir admisión en mi vida. En
el sueño todos esos elementos de mi ser yo he rechazado aparecen disfrazados de
objetos y personas que no son otras que yo mismo, aunque yo a primera vista no
los reconozca. Cada imagen de mis sueños es una porción de mi ser perdida y
enajenada, que he de volver a reconocer y admitir de lleno para volver a ser yo
mismo en toda mi plenitud. La censura de la mente suprime durante el día
emociones, reacciones, pensamientos, movimientos que así quedan condenados a no
ver la luz del día; pero en la noche se vengan, y todo lo que ha sido suprimido
durante el día aparece libremente en la libertad sin censura del reino de las
sombras en la noche. Ese es el sueño. El yo que yo no dejo nacer. Al escuchar a
mi sueño me escucho a mi mismo, y por eso he de aprender ahora a escuchar mis
sueños. He de volver a vivirlos despierto, a identificarme con esas sombras, y
a ponerme en su puesto, ha hablar por su boca en primera persona, ha reconocer mi propia imagen en esos lienzos rotos de mi
retrato, y así llegar a reconciliar al Ángel y a la Bestia que llevo dentro de
mí (Vallés, Carlos, Ligero de equipaje .Tony
de Mello un profeta para nuestro tiempo, p. 1169).
Después
podemos hacer todas las preguntas sobre el sueño para integrarlo en la vida
real del que soñó, porque se trata de un enriquecimiento y de un restablecimiento
de los elementos perdidos y rescatados a través del sueño. Porque los sueños,
como señala el mismo Freud, son el camino real para llegar al inconsciente.
Recordemos que Freud prefiere utilizar la expresión “inconsciente” y no de subconsciente o de preconciente, mucho
menos, double consciente (disociación de la conciencia). Porque al decir “sub”,
significaría que esta debajo y subyugado por la conciencia. Y al decir “pre”,
seria que está antes de la conciencia. Y no es así, sino que esta en la misma
conciencia porque se trata de una actividad psíquica. En íntima reilación. De
hecho, lo que esta en el inconsciente se traduce cuando pasa al plano de la
conciencia, como por ejemplo, en el sueño.
¿Qué hacer, pues, con los sueños? Según
lo tenemos dicho y demostrado no tenemos otra opción que tomarlos como
instrumento de trabajo de auto-conocimiento y de superación personal. Ya que
nos están indicando caminos y nos está
integrando de manera plena, si los sabemos integrar a nuestras vidas. Porque se
trata simplemente de una actividad psíquica. Es decir, se trata del trabajo de
nuestra propia mente en estrecha
comunicación con la realidad. Porque no es otra cosa que nuestra propia
sensación interior y purificación. Muy en el fondo de nuestra libertad
interior, y, por consiguiente, de nuestro propio crecimiento. En otras palabras,
que deberíamos sentirnos contentos de que soñamos. Pues nos estamos sanando
interiormente de manera natural. La tarea consiste en saber sus mensajes y
recopilarlos para lograr una mejor
terapia con sus respectivos resultados.
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